Un fracaso histórico atenaza la supervivencia del partido socialista. La adalid del sanchismo ha sido arrasada por el hastío ciudadano. La corrupción de la casta política andaluza tan alejada del pueblo como usufructuaria de su riqueza, la degeneración política, la ideología de género, el repetido discurso hueco de las izquierdas y las derechas, la promiscuidad y el incesto político de sus agentes prostibularios, la permanente confusión de gobierno y de partido, la irracional creencia de confundir realidad y deseo con su catecismo y su propaganda ha sido arrumbada en unas elecciones históricas. Nada ha servido colocar a un sectario patológico al frente del CIS. El PSOE con su inmensa maquinaria de repartir beneficios y prebendas renunció a un cambio estructural dirigido a la creación de riqueza, y ha contribuido como nadie al agotamiento que se expresa en el voto popular. La ideología neofascista del sanchismo ha fracasado al basar todo su discurso en la ideología y en una moral del liberalismo de género, ignorando la desesperada llamada a la amenaza de quien se niega a integrarse en el país, vela a sus mujeres e impone sus atrabiliarias costumbres. 

Los socialistas han iniciado su declive en una pendiente perfecta que lo conduce al ocaso. El narcisismo de Sanchez tendrá dificultades para tragarse este sapo y seguir contra viento y marea negando la realidad. La caída es profunda y del aparato no quedará ni la estirpe de sus células. La familia corrupta se descompone en una suerte de hundimiento del régimen.

Nadie ha visto el ascenso de Vox, tal como advertimos en nuestro anterior artículo, "La Vox del pueblo" donde anunciábamos su ascenso, el voto masivo, no declarado en las encuestas, porque nadie quiere mostrar su verdadera opinión en un pais que castiga la discrepancia, que trata de silenciar con múltiples armas el grito unánime de sus ciudadanos, en un país donde los socialistas cultivan el nacionalcatolicismo catalán y vasco, que declara su amor a los terroristas, que les promete el insulto, que manipula la justicia, que engaña sistemáticamente invirtiendo el sentido de la experiencia, de la naturaleza y la razón. ¿Que podría esperarse de un presidente que simula competencia, que no dá la cara ante la abrumadora evidencia que discute la autoría de su propia tesis doctoral? Ningún andaluz es tonto, ningún español lo es. Pueden sentirse mas atraidos por una opción o por otra pero la inteligencia colectiva ha destruido por completo la base de un discurso falaz. Vox ha crecido gracias a la ignorancia y a la conducta delictiva de los socialistas, de la manipulación podemita que trata de repartir la riqueza colectiva para extender la miseria. Vox ha crecido a la espalda de cuantos ignoran a la ciudadanía. 

No existen derechas o izquierdas. No ha servido inventarse una ultraderecha. Los neocomunistas podemitas amenazan con sangre. Prometen poner muertos, para reivindicarse como futuro. Un futuro siniestro. Lo único que ha ocurrido es que cerca de medio millón de españoles en Andalucía se han negado a secundar la destrucción del Estado, a secundar la desigualdad territorial, el reconocimiento de quienes proceden contra las leyes. Andalucía ha dicho basta a la tomadura de pelo de la izquierda, animalista, que pretende poner jornadas a los caballos del Rocío, en el mismo pais que niegan a sus ciudadanos su vida, y diezman con su política social la ciudadanía y sostienen su paro endémico. Los podemitas niegan al hombre que trabaja, lo que regalan a los animales de sus cortijos. Fuera el sexo de nuestras escuelas, queremos tener la libertad de comer cerdo en nuestras escuelas, la pata ibérica de los Pedroches, de Aracena, de Jabugo, disfrutar de nuestros alcornocales, disfrutar del fino y tener la libertad de nuestras fiestas, y de ver torear los toros que pueblan la geografía en la Maestranza de Sevilla. Andalucía para España, España para Andalucía. El Psoe pierde su bastión y pierde la hegemonía que halaga las conciencias y compra las voluntades, destruyendo las bases de nuestra educación, desde las escuelas a las universidades trufadas de sátrapas que administran redes clientelares. Del socialismo no quedarán ni las raspas. El olor nauseabundo de sus corruptelas sube por el Guadalquivir hasta sus fuentes. Ya no hay tiempo para arrepentirse. Pedro Sánchez escapará por los subterráneos de las cloacas del Estado camino de las puertas giratorias para ser olvidado en algún puesto de consuelo en la cohorte europea. En menos de un año habrá cosechado el mayor desprestigio histórico. Se levantarán los ciudadanos para denunciar su estulticia política. Ni siquiera los cupistas y los podemitas podrán ser una amenaza al cambio.

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