Tenemos por fin un caudillo increíble, Pablo Inglesias, que se postula para presidente de gobierno de un pais en desuso, en una burla de las leyes y de la razón. Hemos añadido una "n" al nombre para mostrar la incredulidad que puede suscitar en el lector la lectura de esa errata. El error contribuye a retratar el personaje. Nuestro error ortográfico es tan traicionero como el personaje, al que se le ve el plumero a cada paso político que da. Intenta subir un escalón tras otro en la escalera mecánica de la política que, siempre, siempre, es de bajada, y así el error persiste y se amplifica.

Podemos es increíble, para la doctrina de Iglesias, Inglesias es como ese forzudo de la televisión que llamaban Hulk, un súper héroe con poderes supraterrenales haciendo mella, ingletes deformes en el Estado. El solito puede con el mundo. Nadie mas necesita.

También en política, existen tantas cosas increíbles y delirantes que de puro grotescas pueden amenazar la estabilidad cognitiva y emocional de cualquiera. La increíble historia del hombre menguante que haciéndose minúsculo tiene que enfrentarse a insectos asquerosos. Comparte con Sánchez la misma pasión. No importa cuanto pierda. Siempre gana. Es cuestión de vender como triunfo la derrota, vendiendo la fe como proclama, haciendo alianza con perdedores. Sale a la calle en medio de aquellos que ha traido con el bocata bajo el brazo, como en las manifestaciones franquistas de la Plaza de Oriente. Cambian los personajes, pero el modus operandi es el mismo. Se lucra del parlamento, pero en la plaza grita contra los que representan a ese pueblo traido por los pelos a escuchar su proclama.

El universo imaginario de la literatura nos ofrece situaciones inverosímiles, ahí tenemos la trilogía de Italo Calvino. Ahí tenemos al Hada Melusina de Lusignanc y, ahí, el universo de los jardines imaginarios, cercanos a Roma, de Viterbo y, tenemos la publicidad, esa que siempre nos ofrece recompensas imaginarias sobre la bondad de los productos que intenta vender, el forzudo Don Limpio que cambia toda la suciedad política y saca brillo al populismo. Iglesias es un quitamanchas, antidemocrático, que se pasea entre su pueblo con desparpajo en un discurso vacío dirigido a sus masas. Sorna con gusto no pica. Quiere ser el soma de los individuos epsilon.

¿Es un chiste la moción de censura de Pablo Iglesias?, ¿Es una ocurrencia alumbrada en una noche de febrícula, tal vez tras un gatillazo?, ¿Pasaba por el registro del Congreso y dejó una moción?. Nos intriga la voluntad política, pues parece increíble que la estrategia pueda ser tan infantil. Iglesias es un pope que busca el espectáculo, vestido de pontífice. Iglesias crea una realidad para sí mismo para robarle al irredentismo sanchista su protagonismo. Puro ensimismamiento onanista. En sus noches de insomnio, rodeado de los suyos. Se ha adelantado a todos los augures. Apostaba por Sánchez y hete aquí que la militancia psoista, constituida por presuntos inocentes y muchos funcionarios de la política, ha decidido ocupar el espacio podemita para no naufragar en el sistema liberal. Levantan el puño como si el puño les fuera a levantar en la historia. Cuando el puño les aplasta.

¿Qué hemos hecho los españoles para merecer este personaje? ¿Es que no pagamos los suficientes impuestos como para sumar al déficit el salario de este personaje?. La política es el arte de lo efímero, la aventura de arriesgar propuestas de contenido para que sean aprobadas. Nada de eso es el objetivo. Solo se quiere levantar el cáliz de nuestra sangre, hacer de la amenaza una forma permanente de ser. Pero aquí no hay riesgo, solo puro histrionismo, postureo, placebo para sus aduladores. Trata de mantenerlos activos anunciando la parusía. Creed en mí, grita. Vendrán tiempos en que se abrirán los cielos y el jinete de apocalipsis cabalgará contra aquellos corruptos que no están en mis filas. Y Espinar levanta la copa en un brindis al sol. El hijo del trueno habla. La Venezuela que financia sus desvaríos se le recuerda. Tras su no al PSOE tuvo que comerse sus ministrables, su vicepresidencia, y la responsabilidad del servicio secreto que utilizaría para replicar la experiencia de la Alemania Oriental. Se mantiene fiel a un ignorante como Maduro, que ha empezado una guerra de tierra arrasada, una política genocida que cada día cobra sus muertos. ¿Quien podría criticar la única expresión que existe de la dictadura del proletariado?. ¿Que mayor liberación existe que no sea una dictadura podemita con tan renombrado caudillo? Tienen preparada la hoguera con la que quieren abrasar a sus enemigos. De momento, han preparado un video-juego para que las masas enardecidas, acopiadas en la plaza como borregos a sueldo, vayan entrenándose en la realidad virtual. Hay tantos contra los que disparar. La moción de censura es pura realidad virtual. El primer intento de construir una alternativa tan familiar a Le Pen con su oposición al Euro del capitalismo liberal, contra el tratado de libre comercio con Canadá, la alternativa de su amigo Tsipras que lame la sangre de un pueblo derrotado por la realidad de haber gastado lo que simulaba tener. ¿A qué clase de aventura podría llevarnos con la política ruinosa de Tsipras, del atribulado Melenchon, del Otegui liberador de la Euskadi de la bomba lapa y del disparo en la nuca, a qué clase de aventura con la ERC que tienta cada día la forma de incitar la guerra civil?. Hay niñas con pene, y niños con vulva.

La razón perdida en el abismo de la estulticia, Iglesias, ese gran testimonio de la necedad humana que nos ha brindado este suicida político, como decía Artaud, un suicidado social. Ya tiene un compañero con quien departir. Sánchez retoma su papel de ángel exterminador. De nuevo se concitarán contra él todos los que lucharon por achicar el agua. Y perdieron. La próxima derrota será peor, pero volverán a reclamarse como aliados. No hay mayor éxito que el de los perdedores. Siguen la misma estrategia de Juntos por el Pelo. Cuantos menos son, más gritan. Quizás el origen de estos comportamientos se deba a la terquedad con la que manifiestan siempre las mismas opiniones, las mismas acciones, como la mula que volvía al maíz y el tiempo la convirtió en el burro protagonista de nuestra historia. Es el mismo trigo pisoteado una y otra vez por quien solo vive para sí mismo, ajeno a la historia, el mismo que amenaza nuestros sueños, el mismo que vampiriza los recursos que pagamos todos los españoles de a pie.